lunes, 23 de marzo de 2015

¿Quién era un subversivo?

Identificar la “condición subversiva” era un dato relevante la ideología marxista o el izquierdismo. SE entendía, entonces, que para combatir eficientemente a la “subversión” había que atacarla, especialmente en su causa primera, el “virus ideológico” que es diseminado por los marxistas, los comunistas, criptocomunistas, los izquierdistas, los revolucionarios en general. Aunque también los católicos tercermundistas, los freudianos, los ateos y, en una medida considerable, los peronistas, los liberales y los judíos representaban una amenaza para el orden, ya que difundían ideas contrarias a su preservación, por lo que también debía perseguírselos.  Igual que a todos aquellos que por su prédica agnóstica, igualitaria o populista atacaran las bases del orden nacional.  Pertenecer a estos grupos no era condición necesaria para identificar al enemigo, ya que se podía estar disfrazado en otros ropajes e, incluso ser subversivo sin saberlo: bastaba con que la persona actuara a favor de un “cambio social” y en contra del “orden”. En este sentido, los activistas no violentos, ajenos a las organizaciones clandestinas, que desarrollaban actividades políticas, sindicales, religiosas, e intelectuales, legales y legítimas en cualquier sistema de derecho, resultaban a los militares especialmente intolerables, porque solían ser los más eficientes transmisores del virus subversivo en la sociedad.
“Subversión es también la pelea entre hijos y padres, entre padres y abuelos. NO es solamente matar militares. Es también todo tipo de enfrentamiento social”. [Revista Gente, nro. 560, 15/4/1976]
El terrorismo no es sólo considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por activar a través de ideas contrarias a nuestra civilización occidental y cristiana a otras personas (Clarín, 18/12/1977).
“Subversión es toda acción clandestina o abierta, insidiosa o violenta, que busca la alteración o la destrucción de los criterios morales y la forma de vida de un pueblo, con la finalidad de tomar el poder o imponer desde él una nueva forma basada en una escala de valores diferentes […] El accionar, por lo tanto, está dirigido a la conciencia y la moral del hombre a fin de afectar los principios que rigen para reemplazarlos por otros acordes a su filosofía […] la acción subversiva afecta a todos los campos del quehacer nacional, no siendo su neutralización o su eliminación una responsabilidad exclusiva de las Fuerzas Armadas, sino del país y de la sociedad toda” [Diario La Nación, 20/4/1977, conferencia de prensa de los Generales. Viola y Jáuregui]

“Hasta el momento presente, sólo hemos tocado la punta del iceberg en nuestra guerra contra la subversión […]es necesario destruir las fuentes que alimentan, forman y adoctrinan al delincuente subversivo, y esas fuentes están en las universidades y en las escuelas secundarias”. “la agresión subversiva busca conquistar las mentes, la ingenuidad y la indiferencia implican complicidad subversiva” (Diario La Opinión, 25/11/1976).
Fuente: Novaro, Marcos; Palermo, Vicente; La Dictadura Militar 1976/1983; Ed. Paidós, pág. 89-91

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