Identificar la “condición subversiva” era un dato relevante
la ideología marxista o el izquierdismo. SE entendía, entonces, que para
combatir eficientemente a la “subversión” había que atacarla, especialmente en
su causa primera, el “virus ideológico” que es diseminado por los marxistas,
los comunistas, criptocomunistas,
los izquierdistas, los revolucionarios en general. Aunque también los católicos
tercermundistas, los freudianos, los ateos y, en una medida considerable,
los peronistas, los liberales y los judíos representaban una amenaza para el
orden, ya que difundían ideas contrarias a su preservación, por lo que también
debía perseguírselos. Igual que a todos
aquellos que por su prédica agnóstica,
igualitaria o populista atacaran las bases del orden nacional. Pertenecer a estos grupos no era condición
necesaria para identificar al enemigo, ya que se podía estar disfrazado en
otros ropajes e, incluso ser subversivo sin saberlo: bastaba con que la persona
actuara a favor de un “cambio social” y en contra del “orden”. En este sentido,
los activistas no violentos, ajenos a las organizaciones clandestinas, que
desarrollaban actividades políticas, sindicales, religiosas, e intelectuales,
legales y legítimas en cualquier sistema de derecho, resultaban a los militares
especialmente intolerables, porque solían ser los más eficientes transmisores
del virus subversivo en la sociedad.
“Subversión es también la pelea entre hijos y padres, entre
padres y abuelos. NO es solamente matar militares. Es también todo tipo de
enfrentamiento social”. [Revista Gente, nro. 560, 15/4/1976]
El terrorismo no es sólo considerado tal por matar con un
arma o colocar una bomba, sino también por activar a través de ideas contrarias
a nuestra civilización occidental y cristiana a otras personas (Clarín,
18/12/1977).
“Subversión es toda acción clandestina o abierta, insidiosa
o violenta, que busca la alteración o la destrucción de los criterios morales y
la forma de vida de un pueblo, con la finalidad de tomar el poder o imponer
desde él una nueva forma basada en una escala de valores diferentes […] El
accionar, por lo tanto, está dirigido a la conciencia y la moral del hombre a
fin de afectar los principios que rigen para reemplazarlos por otros acordes a
su filosofía […] la acción subversiva afecta a todos los campos del quehacer
nacional, no siendo su neutralización o su eliminación una responsabilidad
exclusiva de las Fuerzas Armadas, sino del país y de la sociedad toda” [Diario
La Nación, 20/4/1977, conferencia de prensa de los Generales. Viola y Jáuregui]
“Hasta el momento presente, sólo hemos tocado la punta del
iceberg en nuestra guerra contra la subversión […]es necesario destruir las
fuentes que alimentan, forman y adoctrinan al delincuente subversivo, y esas
fuentes están en las universidades y en las escuelas secundarias”. “la agresión
subversiva busca conquistar las mentes, la ingenuidad y la indiferencia
implican complicidad subversiva” (Diario La Opinión, 25/11/1976).
Fuente: Novaro,
Marcos; Palermo, Vicente; La Dictadura Militar 1976/1983; Ed. Paidós, pág.
89-91
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